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NUESTRA HISTORIA

Nora tiene 17 años y vive en España desde los 5. En lengua árabe, su nombre significa “luz”, pero ella no lo sabe. No entiende árabe, aunque en casa chapurrea “dariya”, dialecto que se habla en Marruecos. Como casi todas las chicas de 17 años en verano, a Nora le gusta usar pantalones cortos o vestidos frescos, pero no puede, por ejemplo, tomar un helado o quedar al anochecer para cenar con las amigas. Es musulmana, y este julio coincidía con el Ramadán, mes lunar durante el que los practicantes no pueden ni beber ni comer desde la salida del sol al ocaso. Sus amigas del colegio, españolas, asienten con la cabeza como si comprendieran, aunque no del todo. Inconscientemente, les extraña ver a Nora con el pelo descubierto y las piernas al aire. Esperan, quizá, otra cosa. Pero Nora lleva ya 12 años en España y es, a todos los efectos, española. Su DNI lo demuestra, pero también el hecho de que hable mejor español que su lengua materna. Es española, pero también marroquí.

 

Esta situación de ser “una cosa y la otra”, ni nacional ni extranjero, español pero con una cultura materna completamente distinta es a lo que se enfrentan numerosos hijos de inmigrantes musulmanes. En la calle quizá actúan como españoles, pero en casa guardan tradiciones de sus antepasados. 

Vivir ese conflicto se presenta en multitud de facetas, desde la ropa que llevan hasta cómo ejercen su religión, pasando por el idioma, las fiestas o incluso la comida.


En este proyecto mostraría ese choque cultural al que se enfrentan estos jóvenes, inmigrantes de pequeños pero que se han criado en España o los nacidos en España de padres marroquíes, sirios, jordanos, tunecinos o argelinos. En el reportaje expondría ese equilibrio en la identidad entre extranjero o nacional, elementos de esa actitud como la comida, ropa, religión idioma… Pero también trataría de encontrar si son discriminados por esa herencia cultural, si están perfectamente adaptados o si, incluso, son ellos mismos los que prefieren rodearse de gente de su misma etnia, religión o cultura.

 

Los inmigrantes musulmanes son una realidad en España de la que han hablado políticos, sociólogos o periodistas. Pero esos inmigrantes, con la regulación de estancias y extranjerías se han convertido en españoles, viviendo sus vidas aquí y amoldándose al país. Sus hijos son ya españoles, pero con una herencia cultural completamente distinta al estándar español. Es por eso la vigencia, pertinencia e interés de este proyecto.

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